Enfermedades del tomate

Las plantas de tomate pueden verse afectadas por numerosas enfermedades vegetales, causadas por hongos, bacterias y virus.

La aparición y el desarrollo de la enfermedad están muy influenciados por:

• Temperatura y humedad del aire.
• La humedad del suelo.
• Plagas que pueden transmitir la enfermedad.
• Desórdenes nutricionales
• Falta de saneamiento.

Algunas de las enfermedades fúngicas más comunes se describen a continuación.

TIZÓN TEMPRANO DEL TOMATE

La enfermedad es causada por el hongo Alternaria solani.

El tizón temprano del tomate puede afectar a las hojas, tallos y frutos del tomate. Comienza con manchas redondas de color marrón en las hojas más viejas. Las manchas más grandes suelen tener anillos concéntricos y, a menudo, están rodeadas de un halo amarillo. Las manchas pueden unirse. Los tallos y las frutas también pueden infectarse, en una etapa posterior del desarrollo de la enfermedad. Manchas y cancros, con anillos concéntricos pueden aparecer cerca de la cicatriz del tallo de la fruta.

Los síntomas pueden confundirse fácilmente con los síntomas de Corynespora cassiicola.

La enfermedad puede resultar en una fuerte defoliación de la planta de tomate y grandes pérdidas de rendimiento.

Condiciones favorables para el desarrollo del tizóntemprano: alta humedad y temperaturas superiores a 24°C.

TIZÓN TARDÍO DEL TOMATE

La enfermedad es causada por el hongo Phytophthora infestans.

La enfermedad puede ser devestiva al cultivo y destruirlo en unos pocos días. Los síntomas aparecen primero en las hojas, pero todas las partes de la planta de tomate que se encuentran sobre el suelo pueden verse afectadas. Las lesiones comienzan como pequeñas manchas empapadas de agua, que se convierten en lesiones de color verde oscuro o marrón oscuro. Cuando la humedad es alta, aparece un crecimiento de hongos gris / blanco en el envés las hojas. Cuando la enfermedad avanza, las hojas el tomate se enroscan, se marchitan, se vuelven marrones y mueren.

Lesiones oscuras pueden aparecer lesiones en los pecíolos y tallos, así como en frutos. Eventualmente pueden cubrir el fruto completo.

Para sobrevivir, el hongo Phytophthora infestans necesita tejido vivo. Sin embargo, no se transmite con semillas. La infestación suele ser el resultado de esporas transportadas por el viento o por trasplantes de plantulas de tomates infectadas.

Alta humedad y temperaturas frías-moderadas favorecen la enfermedad. La enfermedad no se desarrolla cuando las temperaturas son superiores a 30°C.

MANCHA FOLIAR POR SEPTORIA

Causado por el hongo Septoria lycopersici.

Es más probable que los síntomas aparezcan en las hojas inferiores de la planta de tomate. Los primeros síntomas son pequeñas manchas, empapadas de agua. Las manchas se agrandan, pero siguen siendo relativamente pequeñas y se vuelven angulares. Mientras que el centro de la mancha se vuelve gris o marrón, pueden estar rodeados por un borde oscuro definido. Diminutos puntos negros, que son los cuerpos fructíferos del hongo, pueden verse dentro de las lesiones. Las manchas pueden unirse y las hojas pueden volverse completamente marrones y morir.

El hongo puede sobrevivir en restos de tomate infectados. Los períodos prolongados de alta humedad y temperaturas cálidas brindan condiciones ideales para la propagación de la enfermedad.

Fuente: Bruce Watt, University of Maine, Bugwood.org

MARCHITAMIENTO POR VERTICILLIUM

Causado por el hongo Verticillium dahliae.

La enfermedad es transmitida por el suelo y penetra en las plantas de tomate a través de sus raíces. Bloquea el sistema de transporte de agua de la planta, y por lo tanto causa marchitamiento. Los primeros síntomas incluyen amarillamiento de las hojas más viejas y el marchitamiento de plantas individuales o partes de la planta. El amarillamiento tiene una forma de V, y se estrecha desde el margen de la hoja hacia adentro. Cortar el tallo, a su longitud, revelará rayas oscuras a lo largo del sistema de transporte de agua. En la infección por marchitamiento verticillium, las rayas oscuras dentro del tallo se encuentran en la parte inferior del tallo, cerca de la superficie del suelo.

Las temperaturas frías del suelo y del aire favorecen la enfermedad.